El
irrespeto a las especificidades culturales en los procesos judiciales: un claro
ejemplo de la injusticia en México
México
es una nación compuesta por una diversidad de culturas diferenciadas entre sí,
asimismo, por una variedad de lenguas que enriquecen a nuestro país; este reconocimiento
legal lo sustenta el artículo segundo de la Constitución mexicana, asimismo, el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ratificado por
nuestro país en 1990, sin embargo, estos derechos a las diferencias culturales y
lingüísticas muchas veces son violentados y no tomados en cuenta en los
procesos judiciales.
El
irrespeto a las especificidades culturales y lingüísticas de personas indígenas
que se encuentran sujetas a un proceso judicial evidencia la poca o nula preparación
de los impartidores de justicia en nuestro país, provocando con ello una transgresión
constante a los derechos humanos de los pueblos, comunidades y personas indígenas.
Las
personas indígenas son susceptibles de encontrarse con resoluciones menos
afortunadas, pues las condiciones en las que enfrentan los procesos judiciales
en México los deja en total estado de indefensión, por ejemplo, cuando hacen
frente a los procesos judiciales sin acompañamiento de traductores, intérpretes
y defensores con conocimiento sobre la cultura, la lengua y la cosmovisión del
pueblo indígena en cuestión.
Por
ende, damos cuenta pues, que las personas indígenas en nuestro país son víctimas de una discriminación directa o indirecta
profundamente arraigada que se materializa en el acceso a la justicia y que se
traduce en las deficiencias a la protección de sus derechos humanos.